La presencia del pez diablo en Nuevo León vuelve a encender las alertas ambientales. Lo que comenzó como una aparición esporádica en algunos ríos, ahora se ha convertido en una invasión dentro de las presas del estado, especialmente en la presa El Cuchillo, ubicada en el municipio de China.
Pescadores locales reportaron la captura de decenas de ejemplares durante las últimas semanas, una situación que preocupa debido al impacto ecológico que esta especie exótica puede tener en los ecosistemas acuáticos de la región.
Riesgos para la fauna local y la pesca deportiva
El pez diablo es originario de Sudamérica y se caracteriza por su resistencia y rápida reproducción. En México, no cuenta con depredadores naturales, lo que facilita su expansión descontrolada en los cuerpos de agua.
Su dieta incluye huevos y crías de otras especies, provocando una disminución significativa de los peces nativos. Esto no solo amenaza la biodiversidad, sino también la actividad pesquera y deportiva, una fuente de sustento para muchas familias del noreste del país.
Llamado urgente a las autoridades
Pescadores de la presa El Cuchillo han comenzado a documentar la magnitud del problema, compartiendo videos donde se observan grandes cantidades de estos peces atrapados en trasmallos, una técnica común de pesca que consiste en redes colocadas verticalmente en el agua.
Ante la falta de estrategias efectivas para controlar la reproducción del pez diablo, los trabajadores del sector hacen un llamado a las autoridades ambientales para implementar acciones conjuntas que permitan mitigar su propagación y proteger las especies locales.
Daños ecológicos y económicos
El avance del pez diablo representa una doble amenaza: ecológica y económica. Al alterar el equilibrio natural de los ecosistemas, desplaza a las especies nativas y daña los hábitats acuáticos. Además, su expansión afecta la economía local, al reducir las capturas de especies comerciales y disminuir el atractivo de la pesca deportiva.
Expertos advierten que la única forma de frenar su proliferación es mediante programas de control biológico y campañas de concientización que involucren tanto a pescadores como a autoridades locales.
Un reto para la conservación en Nuevo León
La expansión del pez diablo en la presa El Cuchillo confirma que la problemática ya no se limita a los ríos, sino que está alcanzando cuerpos de agua estratégicos para el suministro, recreación y pesca del estado.
De no actuar a tiempo, la presencia de esta especie invasora podría generar consecuencias irreversibles para el equilibrio ecológico y las actividades económicas vinculadas a los recursos hídricos de Nuevo León.










