El Gobierno Federal, a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), informó la clausura parcial de la planta Ternium Churubusco, ubicada en Nuevo León, luego del derrame de 400 mil litros de sustancias químicas ocurrido el pasado 17 de abril en el arroyo La Talaverna.
La clausura afecta únicamente al área denominada Granja de Tanques, donde colapsó un contenedor de cloruro ferroso, lo que provocó el derribo de otros dos tanques y el vertido de:
- 250,000 litros de cloruro ferroso (Equivalente a poco más de 166 tinacos grandes de agua).
- 132,000 litros de agua ácida (Equivalente a 88 tinacos grandes de agua).
- 23,000 litros de ácido clorhídrico al 18% (Equivalente a poco más de 15 tinacos grandes de agua).
El accidente ocasionó una mancha anaranjada visible en el cauce del arroyo, afectando 11 kilómetros de terreno, vegetación y fauna.

Sin sanción inmediata
A pesar de la magnitud del derrame, la clausura se limitó a un cierre parcial sin sanción económica definida. La Profepa solicitó a la siderúrgica un estudio de impacto ambiental, cuyo resultado será utilizado para evaluar posibles sanciones futuras.
Mientras tanto, la Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León, que prometió una “sanción ejemplar”, ha mantenido silencio tras el vencimiento del plazo de cinco días hábiles para que Ternium presentara su plan de remediación. Cuestionado al respecto, el titular Alfonso Martínez confirmó de forma escueta que “ya lo entregaron”, sin ofrecer mayores detalles.
daños a la fauna
Aunque el Gobierno federal sostiene que no se detectaron daños visibles a fauna silvestre, pobladores y autoridades estatales reportaron la muerte de tortugas de concha blanda, borregos, cabras y aves de corral, lo que ha generado críticas hacia la gestión de la emergencia ambiental.
“Profepa continúa supervisando las labores de limpieza y remediación, y buscará asegurar la reparación del daño”, aseguró la procuradora Mariana Boy Tamborrell.

Consecuencias del derrame químico en el ecosistema
El derrame de cloruro ferroso, agua ácida y ácido clorhídrico al arroyo La Talaverna puede tener graves consecuencias ambientales y sanitarias. Estos compuestos pueden alterar el pH del agua, provocando acidez extrema que afecta directamente a los organismos acuáticos y terrestres. Especies como peces, anfibios y reptiles pueden sufrir quemaduras en tejidos, daño en órganos respiratorios y muerte por intoxicación. A su vez, la vegetación ribereña puede morir por la alteración del suelo, mientras que los animales de pastoreo, como los reportados en la zona, pueden intoxicarse al ingerir agua o plantas contaminadas. Además, existe el riesgo de que los contaminantes se filtren al subsuelo y afecten mantos freáticos, lo que podría comprometer la calidad del agua para el consumo humano y agrícola en la región.