Alejandra Guzmán encendió la Arena Monterrey la noche del viernes con un espectáculo lleno de vitalidad, emociones y nostalgia. La cantante se presentó con su gira Brillas, en un show que reunió lo mejor de su carrera musical ante miles de seguidores.
Arranque poderoso con un clásico familiar
El concierto comenzó a las 21:20 horas con la canción La plaga, tema popularizado por su padre Enrique Guzmán. Alejandra lo interpretó con fuerza, marcando el inicio de una noche intensa. Desde ese momento, el público no dejó de aplaudir ni de corear cada una de sus canciones.
Producción de alto nivel y escenografía impactante
El escenario, distribuido en dos niveles, se complementó con efectos visuales, luces, pirotecnia y una producción cuidada al detalle. Alejandra estuvo acompañada por un grupo de cinco músicos y cuatro coristas que aportaron dinamismo al show. Cada detalle visual mantuvo cautiva a la audiencia.
Éxitos que conectan con generaciones
Durante el concierto, la artista interpretó temas como Luz de luna, Reina de corazones, Volverte a amar, Llama por favor y Yo te esperaba. Cada canción provocó una fuerte respuesta del público, que no dejó de cantar. La selección de temas abarcó distintos momentos de su carrera, conectando con varias generaciones.
Alejandra se muestra auténtica y cercana al público
La cantante también se tomó un momento para hablar de los rumores sobre su vida personal. Con humor y naturalidad, se dirigió a sus fans antes de interpretar Mala hierba. Su actitud relajada y honesta fue bien recibida por el público. Más adelante, bromeó con los asistentes antes de cantar Eternamente bella, otro de sus grandes himnos.
Momentos visuales que dejaron huella
Uno de los puntos más destacados fue cuando apareció en el centro del escenario desde el interior de un diamante iluminado. Vestida con un traje negro brillante, cantó Mi peor error con una interpretación llena de fuerza. Esta escena se convirtió en uno de los momentos más ovacionados de la noche.
Cierre energético con clásicos del rock mexicano
La velada concluyó con dos temas icónicos: Míralo, míralo y Hacer el amor con otro. Alejandra Guzmán demostró que sigue siendo una de las figuras más queridas del rock en México. A pesar de los altibajos personales, su presencia escénica sigue siendo imponente.